Muy cierto, tener en cuenta la seguridad, la propia y la del caballo, y lo de las piedras, bueno, no sé en vuestros clubs, pero en el mío, a veces te encuentras autenticas rocas, y de todo en la pista. Hasta que haya una desgracia, y entonces todos nos lamentaremos. Las normas y la lógica todos las conocemos, otra cosa es su aplicación. Merece la pena recordarlo de vez en cuando, porque es verdad que es nuestro trasero el que se puede golpear, o nuestra espalda, sin ir más lejos. Ante todo, seguridad y prudencia a la hora de saltar. El más imprudente no es el mejor saltador.