A veces ocurre que un caballo más bien tranquilo, apacible, con una tendencia a la actitud pacífica ante la vida, se vuelva algo vago para todo tipo de trabajo, y en especial para el salto. Realmente si eso sucede, es responsabilidad del jinete, del dueño del caballo, que ha permitido esa evolución creciente hacia la vagancia.
Lo primero que hay que hacer con nuestro caballo en mantenerle en el ritmo de un trabajo variado, que saque al caballo del aburrimiento, porque si el caballo se aburre, termina por no hacer nada, o al menos por intentar no hacer nada. El problema es que se lo permitamos.
El caballo tiene que enfrentarse a retos de vez en cuando. Por ejemplo, en el entrenamiento de saltos habrá que jugar con diferentes tipos de saltos y diferentes alturas. Que tenga que currar, esforzarse, estar atento a esas diferentes alturas.
También hay que exigirle que reacciones claramente a nuestras ayudas durante el trabajo, especialmente en los ejercicios de salto.
Si el caballo se aburre y es muy tranquilo tal vez no sea el más apropiado para ser un caballo de salto. A mi entender un caballo de salto que vaya a competir necesita chispa, los tranquilos que se queden para las escuelas de equitación para las clases básicas, pero no se puede arriesgar en un concurso.
También que cambie de aires o romper su monotonía proponiéndole nuevos retos puede servir para que espabile, como comenta Gume en su mensaje, pero un caballo con tendencia a ser vago no debería pasar de ser un caballo de paseo.
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)