Si te vale mi experiencia, te diré que a veces salgo con mi amiga María al campo, y ella siempre le pone un hackamore a su yegua, porque dice que así le deja así le deja comer por el camino. Yo en cambio suelo ir sin cabezada. No soy partidaria de dejar comer al caballo cuando estamos montados, pero la verdad es que cuando salimos las dos más bien vamos charlando tranquilamente, encima del caballo, y creo que eso cambia las cosas.
Creo que un hackamore mal utilizado genera serios problemas de rigidez, rebeldías, mala musculación, etc. Pero hay que saber, que un filete mal utilizado genera los mismos problemas. Lo que ocurre es que el hackamore tiene más de un punto de presión, y además esa presión es más directa, y por tanto, más molesta. Con un filete, en el caso de que nos pasemos, lo lógico es que el animal pegue tres cabezazos y vayamos a parar al suelo o, como mínimo, nos quedemos sin brazos. Claro, eso nos permite conocer cual es el tope, ¿no? Sin embargo, con el hackamore el caballo acostumbra a quedarse rígido, y tenemos que tener vista y tacto para notarlo. Es decir, exige más concentración y algo más de conocimientos.
Vamos, que quizá el hackmore va bien para los caballos que tienen la boca echa polvo, destrozada a más no poder, o que no toleran bien los hierros en la boca. Si no se dan esos problemas, en mi modesta opinión, lo mejor es seguir con el filete.