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  • La memoria e inteligencia de los caballos

    Usamos con frecuencia la frase "memoria de elefante", pero quizá no sepamos que podríamos usar con la misma validez la frase "memoria de caballo". Porque realmente no sabemos si el caballo tiene inteligencia, pero lo que sí sabemos es que el caballo tiene memoria, muy buena memoria, por cierto.

    La buena memoria de los caballos

    Su cerebro es grande, pero, claro, no se trata de una cuestión de tamaños, o no del todo. El gran es fuerzo del cerebro de los caballos se centra en la coordinación de movimientos de su enorme cuerpo. Eso no impide reconocer el hecho de que el caballo, si se encuentra ante una situación inesperada, resuelve con cierto grado de razonamiento. Si embargo, lo cierto es que existe el convencimiento de que la inteligencia de los caballos está muy por debajo del buen nivel que se sabe de la memoria de los caballos.

    Realmente, además, los caballos tienen una capacidad de concentración un tanto limitada. Se concentran durante muy poco tiempo. Eso explica el hecho de que el caballo aprende por repetición, así como a base de premios, recompensas que le hacen asimilar que algo está bien.

    Medir los castigos al caballo

    El aprendizaje por repetición y por premios es mucho más efectivo que la negativa tendencia a castigar al caballo. El caballo es muy sensible, lo cual quiere decir que detecta las emociones, reacciones y estado del jinete que lleva encima. Es decir, esa capacidad hay que tenerla en cuenta para castigar al caballo, pero sabiendo siempre que basta un castigo, un palo, un toque de atención, para que el caballo "entienda".

    Si el castigo es excesivo, deja de tener el valor que se busca en él. Además de eso, lo que logran con frecuencia es crear un caballo ingobernable, del que no tardaremos en decir que está un poco loco.

    Caballo sensible

    El caballo tiene una gran capacidad para detectar el estado del jinete, como decía antes. Y finalmente termina esta sensibilidad en el hecho de que el caballo se mimetiza con las emociones de su jinete. Eso demuestra que un caballo actúa de forma diferente en función de su jinete. Muchas veces ves a un jinete con miedo que no logra hacer carrera del caballo, precisamente porque el caballo detecta ese miedo. O ante un salto te puedes encontrar con un jinete que duda y el resultado es que finalmente también el caballo duda, es decir, reacciona mal: no salta, se escapa por un lado, se para, etc.

    De la misma manera, ante el valor y osadía del jinete, también nos encontraremos con un caballo que va para adelante, decidido, valiente ante el salto.

    La gran memoria del caballo

    Y voy, en fin, con la memoria. Tal como he dicho antes, el caballo tiene muy buena memoria. Eso ayuda mucho al jinete para entrenar a su caballo y para todo el trabajo diario que desarrolla con el caballo. Porque cuando el caballo ha hecho un recorrido, lo recuerda perfectamente. Cuando el caballo ha visto un salto, lo recuerda perfectamente. Cuando el caballo ha obtenido una recompensa, lo recuerda perfectamente.

    Por eso, por ejemplo, verás como los jinetes de salto, cuando entran a la pista de competición, intentan pasar al lado del salto que consideran más complicado, para que el caballo lo vea, lo recuerde y lo salte sin dificultad. También verás como al volver de una excursión, el caballo se da cuenta de que regresas, vas hacia la querencia, y se le nota con una alegría especial, como si ya no estuviera cansado. Otro ejemplo son las palmaditas en el cuello cuando ha hecho algo bien el caballo, es un premio, una caricia, para él un recompensa que recordará con agrado para volver a realizar ese mismo esfuerzo.
    Este artículo fue publicado originalmente en el tema del foro: La memoria e inteligencia de los caballos iniciado por Charo68 Ver mensaje original